sábado, 22 de enero de 2011

Las mejores seis horas del mes

Los meses entre Navidad y Semana Santa son siempre los más aburridos del año.
Pero esta vez, después de casi un mes en silencio, vuelvo a la Gatera con una alegre e inesperada anécdota (al menos para mí).
Pues anoche, a la una de la madrugada aproximadamente, cuando los abuelitos volvieron de trabajar y mi ama de hacer lo que fuera que tuviera que hacer (no quiso explicarme el qué), resulta que no encontraban a Lily. Me dijo el abuelito:
-¿Dónde está Lily, Zar? ¿Qué has hecho con ella?
Sí, bueno, yo nada. Que aquí enseguida que pasa algo me echan la culpa a mí. Aparte de estar buscándola, tan sólo gracias a mi conciencia, puesto que no me apetecía nada encontrarla, no he hecho absolutamente nada. Aunque tampoco le puse muchas ganas.
Y resultó que el abuelito abrió el armario donde me solía meter yo, y adivinad que... ¡Lily estaba allí! Pues sí. Llevaba allí desde las siete o así (las mejores seis horas de TODO el mes). ¡Y yo que había perdido casi seis minutos de mi valioso tiempo buscándola! La conciencia no sirve para nada. Y desde luego, las hermanastrigatas tampoco.
Por lo menos, Lily reibió su merecido. Que luego me dice que soy un tonto por dejarme encerrar en el armario. Pero yo al menos quiero salir luego. Que Lily entra, y como no maúlla ni nada, no tenemos ni idea de dónde está.
Pues nada, amigatos. Hasta el próximo acontecimiento.
P. D. Bienvenida, Tifa. Disfruta de la Gatera.

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