
El Lunes pasó algo muy extraño, pero como ya os dije en el
grupo de Facebook, no tuve tiempo de contároslo porque todavia no habia comido(como vereis, eso es algo que pasa muy a menudo). Bueno, pues que la abuelita se fue.
Os contaré como fue todo:
Situad la fecha el pasado Lunes, 8 de Febrero.
Yo acababa de comer y, como de costumbre, me dispuse a echarme mi 7ª siestecita del día. Nada demasiado raro. Paciencia.
No se bien si estuve durmiendo minutos o horas, pero bien podrían haber sido días, porque cuando me desperté había algo raro en el ambiente. "Oh, no!"pensé."Esto huele a cambio". Mal asunto.
Tardé unos 15 minutos en desperezarme y decidir que ya era hora de levantarse.
Observé que mi ama estaba leyendo en el sofá, como siempre; Lily estaba papeles de las bolsas, como siempre; y el abuelito estaba con el ordenador, gritando para que Lily dejara en paz sus bolsas, llenas de papeles inútiles que se empeñaba en guardar.
Y si todo era como siempre, ¿por que tenia yo esa extraña sensacion? Algo faltaba.
Repasé cada habitacion, cada lugar, donde pudiera encontrar alguna pista. Y no encontre nada. Solo un silencio roto ocasionalmente por el sonido de las teclas del ordenador, y el frú-frú de los papeles que Lily sacaba de las bolsas.
"¡Exacto!"pensé. "Nada, ningun grito estresado para que alguien recoja algo del suelo; ningun reproche por algun papel fuera de su sitio, por una habitacion ml ordenada. Nada". Fue cuando caí en la cuenta: faltaba la abuelita.
Tambien es cierto que la abuelita entraba y salia de casa continuamente, como lo hacian todos los miembros de la casa, pero en cuanto me di cuenta de su falta, lo atribui enseguida a esa extraña y molesta sensacion de cambio. Y para mal.
La abuelita se habia ido, pero ¿a donde?, ¿durante cuanto tiempo?, ¿por que?
Esas preguntas me las hacia yo, rapidamente convertido en Sherlock Homes.
Me arrastre(entre lo que me pesaba la barriga y el miedo a que Lily me viese y dificultase mi objetivo, no podia hacer otra cosa)hasta mi ama.
No os voy a mentir diciendoos que no me costo un gran esfuerzo subir al sofa.
En cuanto lo consegui, me acorde(demasiado tarde para salvar mi integridad, rebozada en el barro-y en el suelo-)de que cuando mi ama lee, pobre del que la moleste.
Asi que me tumbe en sus pies(el calor que le doy suele disuadirla de hacerme esperar), y me dedique a esperar.
Pero mi ama debia de estar leyendo un muy buen libro, porque no paraba ni para ir al baño. Me arriesgue, en un primer(y creo recordar ultimo)acto de valor, a empujarla con el hocico. Lo mas extraño fue que no se puso a rugir como una fiera. Probablemente habria estado leyendo "Mortadelo y Filemón"; saber que alguien esta peor y es mas inepto que tu siempre ayuda.
Felizmente, pronto se desperezo como yo apenas unas horas antes, pero sin duda de mucho mejor buen humor.
Para hacerla entender a quien buscaba, me puse a maullar haciendo como si estuviese muy enfadado, agarrando con la uña un papelito que habia tirado Lily y gritando aun mas. No quiero presumir, pero me quedo bordado.
Quizas os parezca cruel, pero no hay mejor forma de preguntar por la abuelita que esa. Que le vamos a hacer, nadie es perfecto.
Mi ama lo captó enseguida, y despues de reir como un loca, buscando a todo correr un camara para grabar mi actuacion, se volvio a sentar en el sofa, dispuesta a confesar que habia hecho con la abuelita.
Me explico que, cuando yo estaba durmiendo, la abuelita habia cogido el primer tren que habia salido, dispuesta a ir en aquel mismo momento a visitar a su nieto(el sobrino de mi ama, y mi primito humano), que habia nacido ahcia apenas una o dos semanas. Nadie habia podido detenerla, aunque lo cierto era que nadie lo habia intentado demasiado.
Mi ama me contó, con toda la ironia posible y la mejor sonrisa, que la abuelita habia preparado este poyecto varios dias atras, pero que no queria ponerlo en marcha porque, segun mi ama, esperaba que a su vuelta hubiera "ratas en los armarios, bichos mutantes debajo del sofá, y nosotros hasta el cuello de papeles y guarrerias".
Pero, por otra parte, se cpntradecia a si misma diciendo que a lo mejor no volvia.
-Y esta es la confianza que mamá tiene en nosotros.-concluyó mi ama, burlona.
Yo no dije nada, pero restregue el hocico contra su mano, dandole las gracias por la informcion, y salte del sofá con la intencion de buscar un sitio calentito donde pensar bien que hacer.
Pero ¡ay!, yo no habia sido precavido, y Lily, provista de una enorme curiosidad, me esperaba abajo, en el suelo, para interrogarme.
Era como cuando, por la noche, vas a visitar a alguien que vive en un callejón oscuro lleno de maleantes, y sales con un saco lleno de dinero, que vas exhibiendo tranquilamente, como el estupido que eres; y en un callejon mas oscuro que ninguno, sale una panda de chiquillos a robarte y apalearte como a un perro(
La Gatera ruega que los lectores perrunos nos perdonen la comparacion), y no tienes salida alguna.
Pues yo era ese estupido, el del saco de dinero.
Lily me obligó a contarle todo, desde mi extraña y molesta sensacion al despertar hasta las averiguaciones de unos segundos antes.
Una vez satisfecha su curiosidad, esperé que me dejara pensar tranquilo(como ya sabreis, solo habia un cosa clara: tendriamos que sobrevivier quien sabe cuanto tiempo sin la abuelita), pero esperé en vano, ya que Lily se puso a saltar alrededor mio y a comentar disgustada que eso solo podia acabar mal.
-¡¿Por que no te callas?!-le dije, nervioso.
Si hubiera dicho eso en clase de mi ama, algun graciosillo hubiera contestado la frase que parece esternamente ligada: "no eres el rey".
Pero como no estabamos en la clase de mi ama, sino en casita; y Lily no era ningun graciosillo, solo era Lily, se limitó a morderme una oreja, furiosa por la interrupcion de su parrafada de desdichas.
Durante los dias que la abuelita estuvo fuera(creo que volvió el Miercoles), Lily y yo nos dedicamos a a vagar por la silenciosa casa, perturbada como mucho por l voz de mi ama cantando, que resonaba por el pasillo como un eco voraz, recordando que durante un tiempo no oiriamos los gritos de la abuelita.
Los dias pasaron tranquilos y bastante normales, aunque de vez en cuando a mi ama se le olvidaba que yo necesito tener el pienso lleno para comer a cualquier hora y cuando me apetezca, pero un servidor se lo recordaba dejando un hermoso regalito color marrón en el centro de la cocina. Regalito que era obligatorio recoger.
Al segundo día, despues de mi primer regalito, ya nos habiamos olvidado de la abuelita, gracias a nuestra ama, que se habia vuelto extrañamente servicial(no debia de estar dispuesta a recoger mas "regalitos").
El Miercoles, sin avisar, volvio. Pero...¡justo a la hora de la siesta! ¡Que inoportuna! Y eso que todo el mundo en casa sabe que la siesta es sagrada...
Y desde entonces no se ha vuelto a ir, aunque a veces nos dice que la proxima vez, se queda alli.
Pero en fin...no hay que fiarse mucho.
Hasta pronto amigatos!!! Que me duelen las patas de tanto escribir.
(Menos mal que Monona me ha recomendado un remedio para curarlas, que si no...)