lunes, 8 de marzo de 2010

Más vale que con esto me salte el baño anual, que si no...


Ayer mi ama se estaba duchando.
Normalmente cierra la puerta del baño para no congelarse, pero aquella vez se le olvidó.

A mi ama se le cayó la esponja, y se agachó para recogerla, agarrándose al borde de la bañera para no perder el equilibrio.

En ese momento, yo pasaba por allí, tan contento porque acababa de comer y Lily estaba jugando en el salón con la abuelita, por lo que no me molestaba.

Al ver esos dedos tan tentadores no pude evitarlo, y entré sigilosamente en el baño.
De un salto, me metí en la bañera, que es mi sitio favorito para jugar, estuviera o no el "juguete" al otro lado.

Al parecer, mi amita había puesto el tapón sin darse cuenta, y el fondo de la bañera estaba lleno de agua calentita(mi ama es como una salamandra, por muy caliente que esté el agua, nunca se quema).

Estaba muy confundido. Yo había entrado en la bañera para jugar, pero notaba algo raro, algo que no me cuadraba.

Estuve tres segundos casi exactos dando vueltas en círculos.
Entonces fue cuando noté que tenía el rabo y las patas, y los pelos de la tripa, pegados a la piel y empapados.

Salí corriendo, dejando un reguero de agua a mi paso.
Mi ama se terminó de duchar rapidísimamente y salió en mi busca.

Cuando me atrapó, me sentó en sus rodillas, encima de un toalla, y me secó con el secador.

Luego me envolvió en una toalla y me obligó a quedarme quieto en sus rodillas mientras hacía las tareas.
Decía que si me dejaba suelto, me quitaría la toalla y me resfriaría.
-Con las corrientes de aire que hay por la casa...-dijo.

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