domingo, 8 de noviembre de 2009

La literatura y los gatos

A la literatura le gustan los gatos, pero a los gatos no les gusta la literatura, pues es conocida la costumbre felina de interrumpir a los lectores poniéndose en medio o derechamente arañando las portadas.
Eso es justamente lo que hacemos Lily y yo.

Por eso he puesto aquí lo que dice mi ama:
He escrito esto con una gata subiéndose cada tanto a la mesa para interponerse entre la pantalla y mis ojos, con evidente intención de sabotaje:

Mi querido gato, dulce caricia, si no le haces caso, no te olvida.
Mi pobre gato, se ha creído, que puede permitirse, apartarme del teclado.
"Que lo dejes", piensa el gato. "Déjame", piensa el dueño.
¿Quien tiene razón al final?
Sin duda alguna el dueño, pero gana el gato.
Mi querido gato, dulce caricia, si no le haces caso, no te olvida.


Espero que os haya gustado, lo que he puesto al principio(He escrito esto con una gata subiéndose cada tanto a la mesa para interponerse entre la pantalla y mis ojos, con evidente intención de sabotaje)es de otra crónica.
Lo demás no.

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