lunes, 28 de diciembre de 2009

Vistas a la calle

Desde que la abuelita tiro el sofa, que estaba siempre pegado a la ventana, Lily y yo no tenemos vistas a la calle.

Lo cual es una pena, porque realmente me gusta dormirme mientras miro a la gente correr por la calle, tan atareados y tan estresados sin razon que me compadezco de ellos.

Pero hoy, al fin, le hemos puesto fin a estas sosas siestas mirando al suelo.

La abuelita ha colocado delante de la ventana una mesa de madera y la ha cubierto con los restos de tela que tapaban el viejo sofa(independientemente de lo que parezca por la descripcion, quedo bastante bien).

Y de nuevo podemos mirar por la ventana sin tirar las botellas cortadas por la mitad de encima de el radiador(estan ahi por no se que de la humedad, dice la abuelita), como hizo Lily varias veces.

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